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EN EL PARQUE. Poco antes de llegar a los columpios, me adelanta un matrimonio. La mujer, cuarentona, camina agarrada a un bolso enorme. El hombre, cincuentón, marca el paso con un paraguas cerrado. Van deprisa y sólo pesco algunas palabras del marido: «Se aburre mucho, demasiado, a su edad nadie puede aburrirse. Si sigue así acabará en un psiquiátrico, te lo digo yo».
Publicado el martes, 22 de marzo de 2005, a las 8 horas y 41 minutos
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