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LUISGÉ MARTÍN. En « Los amores confiados»: « Ahora que ya he cumplido los cuarenta años y que me corresponde por lo tanto algo del buen juicio que se les concede a los hombres viejos, sé que la felicidad se logra siempre con menudencias, con cosas insignificantes que se parecen mucho a las que necesitan también las bestias para calmarse: el calor, el reposo, la comida y la fornicación. Lo demás es dudoso y pasajero, pero eso permanece durante toda la vida».
Publicado el miércoles, 9 de marzo de 2005, a las 18 horas y 28 minutos
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