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MARCIAL LAFUENTE ESTEFANÍA. En «Un par de diablos»:
«Ruth, al ver que Susan estaba distraída mientras no dejaba de tocarse las nalgas, comentó:
–Estás pensando en ese joven que te azotó, ¿verdad?
–En efecto, Ruth…
–¿Puedo saber lo que piensas?
–Que me gustaría verle…
–¿Piensas disculparte?
–No tanto, pero sí reconocer que los azotes que me propinó fueron justos.
–Sin que te molestes, es lo más justo que puedes hacer, yo estoy de acuerdo con el castigo que te propinó.
–¡A mí me sucede lo mismo!
Y las dos amigas rieron de buena gana.»
Publicado el lunes, 4 de abril de 2005, a las 21 horas y 59 minutos
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