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COMO UN CARTUJO. En este dormitorio donde escribo hay una cadena de música, una televisión y una radio despertador. A través del ordenador, además, podría escuchar discos o la radio. Pero trabajo como un cartujo, en silencio, incluso trato de teclear con suavidad: el churumbel duerme la siesta. Está detrás de mí, tumbado en nuestra cama. A veces suspira, a menudo cambia de postura… Por las tardes disfruto de una banda sonora que pronto echaré de menos.
Publicado el martes, 10 de mayo de 2005, a las 18 horas y 06 minutos
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