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RARO, RARO. Lo contó Rafael J. Álvarez en El Mundo el pasado jueves en un reportaje sin desperdicio. Objetivo: la localidad burgalesa de Huerta del Rey, el pueblo con los nombres propios más raros del mundo. Con un censo de 840 vecinos, 360 tienen nombres raros raros: Ninfodora, Especioso, Meuris, Walfrido, Canuto, Cilina Reineira, Gláfida.
La explicación es curiosa: entre 1890 y 1930 ejerció como secretario del Ayuntamiento el revolucionario Adolfo Moreno. Harto de las confusiones que se provocaban en el pueblo porque todos se llamaban Antonio, Juan o Carmen y se apellidaban Molinero o Rica, comenzó a proponer nombres del martirologio romano para los nuevos vástagos. El pueblo respondió convenientemente y comenzaron a pulular los Silicio, Filonila, Sira Auda y Ronaldo Bienvenido.
La mejor anécdota la protagonizó un tal Firmo, cuando la poli le paró la moto e iba sin documentación. Multa al canto y llega la hora de firmar. Debajo de "Firma" él pone, como es lógico, "Firmo" y el poli se mosquea. Viajecito a la comisaría hasta que consigue demostrar que se llama, de verdad, Firmo.
La plama de los nombres raros se la llevan, a la par, Hierónides Ranulfo y Burgundófora Cancionila, a quien llaman cariñosamente Fori.
Publicado el sábado, 9 de diciembre de 2006, a las 10 horas y 24 minutos
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