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TITULITIS. ¡Qué difícil la elección del título del libro, del poema, del ensayito inteligente! Aunar poesía y márketing no siempre es posible. Cada uno tenemos nuestros títulos favoritos y nuestros títulos odiados. Como estoy bajo el síndrome aerofágico, daré hoy sólo los odiados, que no implican siempre (pero sí a veces) odio al autor.
Estos son, para mí, algunos de los títulos más desafortunados de la literatura:
Recóndita armonía (Marina Mayoral)
Plenilunio (Antonio Muñoz Molina)
Matando dinosaurios con tirachinas (Pedro Maestre)
Filomeno, a mi pesar (Torrente)
Retratos de ambigú (Juan Pedro Aparicio)
La noche es virgen (Jaime Bayly)
Yo amo a mi mami (Del mismo, que insiste)
Memoria estremecida (Jesús Moncada)
El manuscrito carmesí (Antonio Gala)
Y ahora hablaré de mí (y dale)
Terenci del Nilo (Terenci Moix)
Mi idolatrado hijo Sissí (Miguel Delibes)
La luna se llama Pérez (Ángel Palomino)
¡Adiós, Cordera! (Leopoldo Alas)
¡Ay! (Raúl Guerra Garrido)
Mi corazón que baila con espigas (Carmen Rigalt)
Amanecer con hormigas en la boca (Miguel Barroso)
El sabor de la tierruca (José María de Pereda)
Publicado el lunes, 25 de septiembre de 2006, a las 8 horas y 52 minutos
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