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CRUCE. Ocho de la noche en Gran Vía. Bocinazos, sirenas, un autobús accidentado, una ambulancia se abre paso, tiendas y oficinas expulsan intrusos... Los relojes frenan un instante y cae el silencio, abatido, cuando los bastones de dos ciegos se chocan en un paso de cebra. Perdón, dice la mujer. El hombre calla, sigue su camino. Continuamos.
Publicado el jueves, 29 de noviembre de 2007, a las 22 horas y 13 minutos
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