|
MARTA Y LA PRIMAVERA. Marta me ha preguntado que por qué no quiero tener hijos. Pero no me lo ha dicho con la expresión concluyente con que yo lo escribo, no; ella, que es muy sibilina, y muy hija de puta cuando quiere, me lo ha dicho así:
-Eddi Vansi, ¿por qué no hemos sido padres?- usando ese plural de matrimonio o de mafia tan indirecto, con los ojos en una especie de trance maternofestivo y dejando entrever que aún estamos a tiempo, que por qué no intentarlo, que ella es todavía joven, que siente gritar el instinto maternal en su vientre como un jodido hooligan en un campo de fútbol.
Y no es la primera vez que me regala una perla de este tipo, que ya me la conozco, que no sé si será la edad o el aburrimiento, o la presión atmosférica; pero que no hay primavera sin este asunto.
La última vez, fue:
-Eddi, no me viene la regla.
La antepenúltima:
-Me sientan fatal los anticonceptivos, joder, ponte un jodido condón cuando estés conmigo. Total, como si no estuvieras acostumbrado a usarlos…
Y si continúo para atrás, tal vez llegue a la primera semana de casados, que planeaba conmigo una familia modelo en una casa de anuncio llena de niños.
En qué acaban los sueños, coño.
Pues no, Marta: a la vista está que no hemos sido padres.
Ya sabes que siempre me ha venido a trasmano esa historia.
Un hijo es mucha tela, joder: las calles están llenas de hijos que nunca debieron tenerse, de padres que nunca debieron serlo, porque no todo el mundo vale para eso, Marta, y yo no soy un buen ejemplo para nadie. Además, no me veo yo acunando retoños a altas horas de la madrugada, o jugando al escondite en el ápice de mi resaca, o paseando un cochecito por un parque a mediodía con esta cara de noctámbulo que tengo.
Apenas puedo sostenerme a mí mismo, regalarme de vez en cuando una sonrisa, como para tener que soportar no sólo al niño de los cojones, si no a una Marta, como si la viera, más histérica y dependiente que nunca.
-Si quieres niños, tenlos tú; pero no conmigo –le dije-. Yo ya me basto solo, y tú ya tienes bastante con un perdedor en tu vida.
Publicado el lunes, 20 de marzo de 2006, a las 22 horas y 39 minutos
|