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«NUEVOS TIEMPOS». LA HABITACIÓN ROJA. Aún busco mi sombrero. Me lo he quitado con tal ímpetu que no sé adónde ha ido a parar. La causa de semejante destape es el último de La Habitación Roja. Vayan por delante todas mis reservas hacia este grupo con respecto al cual he sido escéptico mayúsculo: para mí La Habitación ha jugado siempre en la segunda división del pop español, un eterno querer y no poder sin pegada. Y hete aquí que por eso, no esperando nada brillante de ellos, este disco me provoca una alegría que, lo reconozco, puede ser un tanto desmesurada. Pero qué coño, es lo mejor de los mallorquines de largo. Por fin se han sacudido la mediocridad de encima y se han sacado de la manga un puñado de melodías con verdadera pegada.

Lástima de letras, que en muchos casos provocan un sonrojo similar al color del susodicho cuarto. El suyo es el caso que justifica a una horda de grupos que prefieren no decir nada en inglés a decir lo que sea, y mal, en castellano. Pero es un pecado venial cuando los versos vienen bien envueltos. Y vive Dios que éste es el caso. Tanto es así que uno se pone a cantar sin pensar en lo que está diciendo.

Me gustaría pensar que la tan cacareada producción de Steve Albini no ha tenido nada que ver. Seguro que no. Ellos ya llevaban dentro todo lo bueno que ahora ha salido a la luz. Buen disco ¡pardiez! La Habitación Roja ya no están en segunda, al menos esta temporada juegan la promoción de ascenso.

lahabitacionroja.com/

Publicado el jueves, 26 de mayo de 2005, a las 17 horas y 03 minutos

RAPID EYE MOVEMENT. El domingo que viene actúa REM en Gijón. Nunca he sido un gran fan de los de Athens, lo confieso. Pero hay un manojo de grandes canciones, una trayectoria íntegra (aunque venida a menos), y un halo de rock star alrededor de Michael Stipe, que tiran de mí más que dos carretas.

El ayuntamiento de Gijón suele jugársela una vez al año sufragando un marco-concierto que más de una vez le ha costado un disgusto. The Rolling Stones, Bruce Springsteen, Paul MacCartney y… ¿REM? Pues parece que sí, que éste concierto cae en el saco de los macros. Aseguran que se han vendido 12.000 entradas sobre un aforo de 15.000. La cifra me frunce el entrecejo y pienso que las descargas ilegales en internet deben funcionar muy bien, porque no recuerdo la última vez que un disco de los REM apareció en los primeros puestos de la inefable lista AFYVE (la de los triunfitos ¿alguien se acuerda de ellos?).

Lo cierto es que no me agradaría un batacazo de taquilla, pero sí reconozco que me agobian un poco este tipo de espectáculos a lo bestia. Les saco poco sabor. Es algo así como la comida rápida y el buen guiso casero. Los pequeños conciertos, con ingredientes más modestos, consiguen resultados mucho más sabrosos.

En fin, sé que no se me ve muy entusiasmado, pero seguro que según se acerque la hora se me va poniendo cuerpo serrano. Entre tanto, incubo esa ilusión del fan que nunca fui con el «Automatic for the People» bajo la almohada. Y al poco de acostarme entro en fase rem.

Publicado el miércoles, 25 de mayo de 2005, a las 18 horas y 00 minutos

«A CERTAIN TRIGGER». MAXÏMO PARK. En el Principio, (y no me tengan en cuenta la falta de rigor histórico), fueron The Strokes. Eran los primeros (insisto en que es una imagen figurada) y no necesitaban etiqueta. Por aquel entonces, y en un poco consistente ejercicio de hacer tendencia de una simple coincidencia temporal, se les vinculó con The White Stripes, aduciendo rasgos supuestamente comunes, como cierta vocación retro y una aliñada pátina de suciedad en su sonido. Más tarde asomaron la oreja Franz Ferdinand, la respuesta británica a los Strokes. Y hace no mucho se abrió la espita y empezaron a desparramarse Bloc Party, The Ordinary Boys, Razorlight, The Futureheads, Kasabian, Kaiser Chiefs, y finalmente… (por el momento) Maxïmo Park, el primer grupo rock de Warp. Muchos de estos grupos ni siquiera han tenido etiqueta, algo así como un maillot que te haga destacar en el pelotón de lso torpes. Cierto es que muchos de esos grupos no merecen tal etiqueta, aunque no es el caso de Maxïmo Park. Porque están bien.

Sí, están bien pero… ¿No estaremos mostrando demasiado entusiasmo ante un cuento tan viejo? Vender como la última sensación, como los frescos del barrio, a un grupo que se vincula con The Jam o The Smiths, suena a broma pesada. ¿Cuántas veces hemos oído eso de que ya está todo inventando, que sólo cabe reinterpretar a los clásicos? ¡Demasiadas! Apelo desde ya ante la OMS para que comercialice una vacuna contra la celebración indiscriminada de la última banda que nos recuerda a… Por muy nobles que sean los referentes. Por cierto, alabo el gusto de Maxïmo Park a la hora de elegir sus referentes, aunque estén más sobados que los ídem pasiegos. Eso sí, una cosa es inspirarse en y otra muy distinta plagiar a. Mozzer y Marr podrían reclamar ante los tribunales la autoría de «Postcard of a Painting»…

Y ahora la pirueta final. Pese a todo lo dicho estoy enganchado al disco de los Maxïmo. Eso sí, el champán sigue enfriando en la nevera esperando mejor ocasión.

maximopark.com/

Publicado el jueves, 19 de mayo de 2005, a las 17 horas y 35 minutos

«ARULAR». M.I.A. Es el último «hype», el último berrido, lo que mola. Para estar en la movida hay que tener el disco de M.I.A., o por lo menos haberlo escuchado. Y ya está. Aceptemos las reglas del juego y así no harán falta más coartadas sobre la presunta novedad de una propuesta hip hop, ciertamente colorista, pero para mi gusto, con más bien poca enjundia. Me cansa, y reconozco que quizá el hemisferio que alberga mi sensibilidad musical, se apoya ya a estas alturas en un bastón. Todo sea dicho, un digno bastón.

El supuesto sabor a curry del hip hop de M.I.A., me parece un simple regusto evocador, diluido en un flow un tanto monótono, y unas bases, en la mayoría de los casos, demasiado raquíticas. Esbozos más que canciones hechas y derechas. No le niego chispazos de verdadero genio, como «Galang», «Amazon» o la bizarra «Hombre», pero el conjunto empacha.

Es lo último de lo último hasta dentro de un rato y lo he escuchado, pero me temo que no estoy al loro. De hecho para los que presumen de estar a la última, les propongo que cuelen uno de los temas de la primera mitad del disco en el florido ramillete del «So Stylistic» de FannyPack. Planchado, oye. Pues el de las Fannypack ya tiene dos añitos.

Lo siento pero esta vez no voy a tragar. Esta vez no. M.I.A. no es lo mío.

miauk.com/

Publicado el jueves, 19 de mayo de 2005, a las 10 horas y 49 minutos

1990-1993. ¿Qué pasó en estos cuatro años? ¿Una araña radioactiva se lió a picar a diestro y siniestro provocando la transferencia de superpoderes?



1. “Screamadelica” de Primal Scream (1991)
2. “Blue Lines” de Massive Attack (1992)
3. “Goo” de Sonic Youth (1990)
4. “The Stone Roses” de The Stone Roses (1990)
5. “It’s a Shame about Ray” The Lemonheads (1992)
6. “Loveless” de My Bloody Valentine (1991)
7. “Rid of Me” de PJ Harvey (1993)
8. “Debut” de Bjork (1993)
9. “Slanted and Enchanted” de Pavement (1992)
10. “Bandwagonesque” de Teenage fanclub (1991)

Publicado el jueves, 12 de mayo de 2005, a las 16 horas y 04 minutos

«PERFORMANCE» ASTRUD. Astrud han mostrado por fin sus cartas y llevan mano ganadora. Lo cantan a los cuatro vientos: «Performance», llaman a su disco, y una performance es lo que parece que haya sido su carrera musical en este tiempo, una prolongada performance en la que ellos mismos son personajes de canción. De sus canciones.
Trascendiendo el pop lo suyo es otra cosa, y es más. A capella o vestidos con ropajes aparentes. Disco difícil que primero pide otra escucha para aprender a saborearlo y después pide otra escucha, y otra, y otra, y otra…
Únicos, bichos raros en una escena pop española necesitada, la pobre. «Todo nos parece una mierda», dicen en una de sus canciones y no es de extrañar.


austrohungaro.com/astrud/

Publicado el martes, 10 de mayo de 2005, a las 18 horas y 26 minutos

PELOS. Se le adivina cara de niño y corazón de niño o de loco. Se le adivina porque gasta barba digna de un barbapapá, y la lleva puesta como quien se pone unas gafas de sol, o un antifaz de medias lunas y estrellas, menos misterioso que carnavalesco. Es también una barba de Mesías, de santón, con la que en pleno éxtasis místico ha arrastrado a una bandada de pájaros de buen agüero, flautistas de Hamelin que siguen el compás que marca el gran ratón barbudo.

Toca canciones de esquina, que son los escenarios preferidos de quienes están tan ocupados, con tanto tiempo libre, que ni siquiera tienen tiempo para afeitarse. Canciones vestidas con gabardina raída y guitarra en bandolera. Folk con un siete en el pantalón por el que se le ve que no gasta ropa interior. Folk por necesidad o por vocación.

Fue homeless, lo que antes en España era un vagabundo o un pobre a secas y no sé sabe si por vocación o por necesidad. Ahora es Devendra Banhart.

El último disco de Devendra Banhart, «Nino Rojo», está publicado en Young God Records. younggorecords.com

Publicado el jueves, 5 de mayo de 2005, a las 17 horas y 35 minutos

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Ilustración de Toño Benavides
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