ESDRÚJULA AUTONÓMICA. La esdrújula le va bien a los títulos de los libros que tratan del nacionalismo vasco. Ya explotó esta técnica
Jon Juaristi con
El bucle melancólico y
Sacra némesis. Ahora lo hacen los historiadores Santiago de Pablo y Ludger Mees con
El péndulo patriótico, excelente lema para una buena historia del Partido Nacionalista Vasco.
El libro es una versión reducida de un estudio mucho más amplio. Los autores han optado por la divulgación y consiguen trazar un panorama completo de los avatares de ese péndulo, que bascula entre el radicalismo y el posibilismo.
Lo esdrújulo se lleva. Sótano. Guipúzcoa (mal que me pese). Pelícano. Coloproctólogo. Y así.