ALUCINA LA BOCINA. Cuando la tecnología alcanza a todo hijo de vecino es cuando tiene más gracia. Las empresas y empresillas siempre han basado su publicidad en mensajes claros y directos, sin trampa ni cartón, desafiando las complicadas reglas del márketing sofisticado. Como aquel eslógan de Almacenes Alonso de Pamplona:
"Alonso, Alonso, Alonso,
calzoncillos, calzoncillos, calzoncillos".
Ahora todos quieren tener su sitio en Internet (¡hasta el menda!). Así que se producen páginas como esta de
Transportes Robertrans de Baracaldo.
Lo mejor, el bocinazo inicial.