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CRECER.. Cuando Noa, para quien la locura es un sombrero, comenta en el post anterior que no le gusta el fútbol, me da por buscar otros indicadores de la juventud marchita, o tardía, o incluso de la posadolescencia mal llevada. Y escribo estas tres cosas y no madurez porque ésta me suena mal, tal vez porque no entienda el concepto o porque me niegue a ser fugaz. Recupero la cita anterior para que no queden estas líneas fuera de contexto: escribía David Trueba en un relato que la juventud termina el día en que tu jugador de fútbol favorito tiene menos años que tú. Me gustó.

Me gustó esa reflexión, no por ello profunda pero tampoco superficial, por lo que tiene de personal y particular, de general y universal. Por eso, porque nos identificamos con afirmaciones (o negaciones) del tipo, nos gustan ciertas canciones, ciertas imágenes, ciertos relatos. Porque, en el fondo, somos nosotros. Y cuando alguien plasma nuestra expresión como no sabríamos hacer o como no se nos había ocurrido, entonces sí que sí. Piensen en algún autor y acertarán.

(Ocurre también con las relaciones interpersonales, ora amistades, ora roces, aunque bien es cierto que en innúmeras ocasiones la identificación conduce al rechazo. No es éste el momento para asomarse al pozo).

Continúo escribiendo esto tras un paréntesis doble, el anterior y el que media entre un ordenador que está para el arrastre y éste, que, repta que te repta, va tirando. Se me afloja un poco el hilo pero tiro de él: Noa, poética, siempre en consonante, no gusta del fútbol y busca con su pregunta otro terreno.

Como la pelota está en mi tejado y mis tejas tiran al monte, la música: a la edad en que unos se atrancan con sus primeras nociones de Filosofía aplicada a las Ciencias Sociales o, ya muy puestos, literalmente, de Nutrición y Bromatología, otros componen su obra maestra, la banda sonora de tu vida o un disco que los años, con sus sucesivos intentos, no conseguirán mejorar. Los hay también que escriben el libro y con el último punto rubrican el epitafio de su vida. A la edad en que tú descubres esas páginas, ellos criaban malvas o habían abandonado la tinta china.

A todo esto, bromatología es la ciencia que trata sobre los alimentos, que yo, ni puta idea, es lo que tiene el google, que te ahorra andar mojando el dedo: au revoir, Petit Larousse illustré. Antes, al menos, la cultura de Tentaciones fomentaba el ejercicio (mi doctor me tiene prohibido practicar todo tipo de deporte, incluidas las chapas, y a la infancia me remito), pues la pretensión de estar al día o, más bien, al viernes, te obligaba a estirar las piernas y acercarte hasta el quiosco. Ahora sólo basta con tener un oído aceptable, entender el idioma y teclear. Aún escribiendo mal, el bicho te ayuda. Alimentémosle para que crezca. Yo creo que me quiero quedar así. Así y aquí.

Después me va a tocar abordar el peterpanismo (pecado que no se pueda escribir o decir así: después me va a tocar el abordaje del peterpanismo). En este momento, sigamos con el asunto del cambio de estación. Sentirse mayor (uf, llegó el palabro) cuando ves a un futbolista haciéndole caños a sus espinillas, las de Villarriba o Villabajo, tanto da, o cuando te maravillas con las creaciones de personas que se murieron (o no) a la edad en que uno pedía prórrogas para evitar el servicio. Declinen como bien puedan el ejemplo en femenino.

Hoy te has hecho un poco más viejo, le dice el juez de No matarás al titubeante y novato abogado, quien acaba de ver como a su defendido le pitan un penalty de rigor. Desesperado ante la pena máxima aplicada al acusado, tras el juicio le pregunta al de la toga si lo ha hecho mal. No. No has cometido ningún error, lo que ocurre es que te has hecho más hombre.

Al margen de los primeros filmes de Krzysztof Kieslowski, entre la dura y pura y realista ficción y el documental novelado, de atmósferas deprimentes e industriales, que retrataban al proletariado polaco, el Decálogo es uno de los trabajos que más me gustan del cineasta tricolor. La televisión, esa ruleta, hace que revea algunos mandamientos como el citado o como No amarás, uno de mis favoritos: ese vaso de leche derramada. No me importa el mensaje cristiano ni la moral o moralina del catodirector (coñas aparte, muchas de sus realizaciones nacieron como proyectos para la televisión de su país). Aquí (bueno, aquí es Brasil, que también), con la tradición nacionalcatólica en las venas y en los conductos urinarios, quién esté libre de pecado que siga el refrán.

Así estamos, pues, entre el fútbol, las artes y el lavuro, levantando palmos del suelo y erguiendo la columna. Eso no quita que, cuando el futbolista del pelo oxigenado se esfuerza por multiplicar el monosílabo, te invada la sensación de que, si no se ha terminado la juventud, ésta ya va por el tomo segundo.

Del peterpanismo, el soñado arrendamiento del campo de futbito de la escuela y otras vainas, hablaré mañana. Por hoy, vayan con Dios. Sirva este envío y no el que conduce a Mao como homenaje a Kieslowski, que tuvo a bien dejarnos hace ya una década.

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Publicado el miércoles, 18 de octubre de 2006, a las 3 horas y 09 minutos


[1] Pienso, luego desisto. ¡La madre del cordero! Pues no ha reflexionado usted ni nada. Me quedo con lo de ir por el tomo segundo de la juventud. Va a ser eso. Y mete en el saco titubeante a Kieslowski y todo, que tío..

pd. A los Lori Meyers no tengo el gusto de conocerles, pero he oído hablar cosas buenas de ellos. Habrá que ir buscarlos a un campo de futbol, o a un escenario a poder ser.
Comentado por Burdon | 18/10/2006 22:54
[2] buf.... creo que sufro peterpanismo... pero de momento es normal... ninguno de mis cantantes es más joven que yo... aunque si siento que me voy haciendo vieja... lentamente, que es mucho más divertido.
Comentado por nOa | 18/10/2006 23:00 | http://tolemia.bitacoras.com
[3] Caro Burdon. Como ser analógico, no sé como aconsejarle, pero seguro que en los emules y esas cosas podrá bajarse algo. "Hostal Pimodan" es más lento, digámoslo así, pero tiene canciones. De los trabajos anteriores, algunos cortes muy buenos. He hablado por aquí bastante de ellos. Si puedo, le recupero unos links. Si no, imagínese a los Juan & Junior del nuevo siglo cruzados con (en el caso del primer disco) Los Planetas. Ahora, aunque también anclados en los sesenta en varias piezas, tienen un estilo más personal (nada nuevo, por otra parte).

Bien. Me gustan.
Comentado por Matías Bruñulf | 18/10/2006 23:06
[4] Hola Noa. Creo que usted no sufre de peterpanismo si opta por bandas o solistas que le sacan un par de calendarios. O tal vez sí, caso de que guste de Julio Iglesias (a mí me va hasta el concierto de la Olimpia de París, cinta doble y un glorioso "De niña a mujer", pero ya ha llovido) o El Consorcio (donde esté Mocedades, quita, quita).

El eterno adolescente tiene el problema de ver a grupos como, valga la repetición, Lori Meyers, uno de cuyos miembros empezó con dieciséis. Ahora debe tener unos diecinueve. Ahí sí, brincando con la chavalada, uno se siente peterpan.

Pero tampoco creo que se pueda teorizar sobre el caso. Es algo más allá de la música y de lo que he escrito. Es grave, doctor? No, señorita, váyase tranquila. Además, esta noche está de suerte: hemos aceptado a Campanilla como instrumento de compañía.

Reciba un abrazo en consonante. Me quito el sombrero con su blog.
Comentado por Matías Bruñulf | 18/10/2006 23:13






Ilustración de Toño Benavides
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