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POLLUELOS, AHÍ OS QUEDÁIS.. Salgo para Heathrow pitando, dejando atrás el corral, el pollo y a mis chinitos, que llevan todo el día preparando unos dumpings para chuparse las pezuñas.

Un día, hace tiempo, les ayudé a hacer algunas empanadillas de ésas (verdura ultrapicada y carne, valga la redundancia, ya previamente picada: en su textura, no entro, que si no pongo perdido el ordenador) y, después, a la hora de la cena, me comí, evidentemente, las que no había preparado yo: parecían las peinetas de las Señoritas de Avignon.

Bueno, me voy que no llego. Ayer estuvo bien. Después de pasearme con Matthew, Lucy y Will por Chinatown y ser casi atropellado por un dragón, quedé con unos colegas (ellos, japos; ellas, tanas) y nos subimo a la tercera planta del megarestaurante chino que hay allí (un clásico, pero ahora no me acuerdo del nombre), donde nos tiraron, para no variar, los platos a la cara.

Llego a Madrid justo antes del concierto de Josele Santiago y Pablo Novoa en el Gruta, pero me han comentado que las entradas están agotadas.

Menos mal que nos queda Portugal... y Almagro, donde el bueno de José Luis volverá a tocar con Pablo el sábado en la sala Urgencias, de los amigos Chucky y Cristina (joder, parezco el Josemi Rodríguez Sieiro).

Ding, dong, dinggg: pasajeros con destino...

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Publicado el jueves, 10 de febrero de 2005, a las 18 horas y 03 minutos


[1] El ojo dice:. PARIS.10-2-05. Un emigrante chino, que trabajaba de forma ilegal en un taller clandestino de la capital francesa, ha quedado “fundido” con su máquina de coser. Los médicos que le atienden han leído un escueto informe en el que lejos de emitir diagnóstico alguno, se han limitado a informar que la extraña fusión entre hombre y máquina se ha realizado a nivel molecular, y que se inclinan a considerar el problema como un caso de hermanos siameses.
El portavoz del equipo médico ha declarado: ”Seguimos con los análisis. Queremos saber si comparten órganos vitales y poder decidir, en el caso de que no puedan sobrevivir ambos, cual de los dos tiene más posibilidades de salir adelante.”
Comentado por El ojo en la nuca | 10/2/2005 19:15
[2] El galgo veloz. Ya, Toño, si ya te lo iba a robar, pero resulta que te has adelantado y, bueno, tendré que cortarme.

Me alegro de que el amarillismo haya empezado a contaminar tu bitácora.

Abrazos.
Comentado por Matías Bruñulf | 11/2/2005 12:59
[3] Las dos mitades. Me imagingo que separan la piel de la cabeza en dos mitades o que cogen un pliegue, no sé, es lo que medianamente comprendí en alemán del colega tatuador, habría que contrastar la información con la realidad, quien sabe....
Y no estoy en la Berlinale, que después, sino de frutera. Masas de hombres enchaquetados fluyen por los pasillos decorados con bananas, fresas, lechugas...digamos que causan un extragno contraste.
Y bueno, sólo quiero agnadir que en berlín....soy feliz, tan sencillo y tan difícil como eso. beso hortofrutícola.
Comentado por Beatriz V. | 11/2/2005 13:05
[4] El gran ferión. Ferias. Oh, el moquetero y fatigoso mundo de las ferias. Son todas iguales, da igual lo que se muestre, compre o venda. Esta mañana he maltratado a mi resaca dándome un paseo por ARCO, pero creo que me tendré que pasar de nuevo para no entender algo: quiero decir, esta mañana, si he comprendido bien, no me gustó especialmente nada, excepto el caballo muerto, yaciente, de una escultora que ha venido con una galería de un pueblo cercano a Florencia. He visto su catálogo y me han encantado sus mujeres encorvadas, nada hurañas en carnes, blancas, con sus largas crines negras de caballo. O yegua, quién sabe.

Esta tarde, cuando regrese, tomaré nota.

Bueno, no sabía yo su faceta verdulera, pero en esta vida, como dijo Confuccio, hay que hacer de todo.

Y sí, en este ferión del arte escasean las chaquetas y las corbatas constan como desaparecidas en combate, pero veo poca diferencia entre dichas prendas y, pongamos por caso, el uniforme no menos oficial impuesto.

Por cierto, vi a mi amiga Ada del Moral y coincidí con ella en una cosa: lo mejor, las azafatas de El País.

- ¿Forman también parte de la obra de arte? -me dijo Ada.
- Pregúntaselo -contesté yo.

Se fue, nos fuimos, sin preguntárselo. Sin necesidad de saberlo.
Comentado por Matías Bruñulf | 11/2/2005 13:23
[5] Los churros con las merinas. Comparar frutas y hortalizas con obras de arte...´toda una herejía, es usted un tanto heterodoxo, pero desde que duchamp dijera que todo es susceptible de ser arte...quizá también haya arte en el logo de chiquita o en la cereza brillante enmarcada por una boca roja.
pero tiene usted razón: el comercio es el comercio, no importa lo que se traiga entre manos, siempre que genere dinero. es el mundo de las cosas y el arte, además de idea y expresión, es una cosa, a veces con valor. puffff, este tema me deprime mucho, creo que lo abandono.
es el tatuaje un arte?
Comentado por Beatriz V. | 11/2/2005 14:41
[6] ¿Arte o parte?. Revisitanto los clásicos, ¿eh, Viterbo?

Claro que Chiquita es arte; las Chiquilín, unas galletas muy dignas, aunque un poco indigestas; Chavalín, una cadena de tiendas para niños donde, cuando servidor era un crío, vendían los zapatos, con un aire deportivo, Garvalín; Chiquitita, una canción empalagosa, dime por qué; casi mejor Chiquilla; Chicco, donde hay un niño; hay artistas también chicanos; y todos, todos ellos, incluido Chiquetete, ese gran prestidigitador que convirtió uno de los poemas más tristes de Federico en una cancioncilla alegre, eran, a su manera, unos artistas.

Si no, ¿cómo es posible cantarle a tu amada, que se balancea, muerta, en el porche de su casa, "verde que te quiero verde", como si fuese una hortaliza de las tuyas?

Eso, también, mal que nos pese, es arte.

Para no molestarla más, porque todo esto, está claro, es una gilipollez, decir que todo es arte. Sólo hace falta que alguien, desde el universo artístico o desde los medios de comunicación, desde cualquier tribuna de empaque, alguien, en definitiva, considerado prestigioso, diga:

- Esto es arte.

Ora un urinario, ora el jergón donde te acostaste con tus ciento treinta amantes.

En fin.
Comentado por Matías Bruñulf | 11/2/2005 15:06
[7] Circos. Me preguntaba mi hermana la pequeña, hace unos años, visitando ARCO, que si todo aquello era arte. Pues algunas son arte y otras una tomadura de pelo, aunque sinceramente no te sé decir cuál es cuál. Como el Beckham durmiendo con cara de guapo en la National Portrait Gallery, que creo que la señora Viterbo tuvo ocasión de contemplar hace poco. ¿Arte? Yo conozco a uno que tiene mucho más arte durmiendo y cuya respiración suena mucho más suave por la noche. Y no posa. A veces ronca.
Comentado por La que no es. | 11/2/2005 15:22
[8] Qué arte. Cara Laquenoes, yo, para qué negarlo, reniego del arte y me quedo con lo que me gusta. Soy, entonces, tan subjetivo como el arte mismo y, si bien encuentro un leve placer contemplando un lienzo rasgado de Lucio Fontana (aunque, pasado el tiempo y encontrándome más obras similares, tiendo a rajarme: sí, bien, pero ya: o sea, él lo puede hacer porque lo ha hecho por vez primera -y eso es arte, o al menos creatividad, imaginación u originalidad-, pero si me topo con cuadros pasados por una navaja toledana pintados, rasgados, por una cuchilla joven, me parece que, bueno, podría ser arte, pero no me interesa lo más mínimo), si bien siento placer, decía, ante ciertas piezas, como las de Fontana, por otras siento rechazo o, lo que es peor, indiferencia, por más que sean artistas consagradísimos (no pillo a Miró aunque me gusten sus esculturas de los pájaros lunares; no me va Tapiés aunque aprecie el uso de nuevos -entonces- materiales, etcétera).

Siento, en cambio, placer por las instalaciones claustrofóbicas de Louis Bourgeois, aunque a otros le parezca que encerrar una cama ferruginosa entre ocho puertas de armario es una soberana gilipollez. A mí, la verdad, me gusta la vieja.

Tampoco me importa la técnica si me atrae el fondo, si me comunica, si me hace sentir, si convierte mi piel en una monda de limón y mis entrañas en ácidos gajos, si me incita a la evasión, si me hace sonreír, reír o abonarme a la carcajada. En fin, arte para mí es eso, aunque cuando camino y me da el viento en la cara, a veces, también me siento cítrico, y eso no es arte sino sentimiento.

Sí, el arte, quizás, sea sentimiento.
Comentado por Matías Bruñulf | 11/2/2005 16:16
[9] tocamela. cagao os comais
Comentado por tu puta madre | 22/11/2005 17:29






Ilustración de Toño Benavides
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