LA OTRA CARA DEL REAL.. Lectura política entrelineada de la guerra urbana, a ver: el Estado de São Paulo era gobernado hasta hace poco por el candidato conservador a la presidencia de Brasil, Gerardo Alckmin. Las rebeliones que se vienen produciendo en las cárceles (incluso antes de este fin de semana) han sido utilizadas por el Partido dos Trabalhadores (PT) de Lula para criticar la gestión de Alckmin como gobernador del Estado de São Paulo. Ahora sucede lo mismo. Lula dice que ha ofrecido ayuda militar y el actual dirigente estatal y sustituto de Alckmin lo niega, y dice que de haberse producido la rechazaría porque todo está controlado (sic).

El culpable del cristo que se ha montado en São Paulo, que comenzó contra objetivos policiales y carcelarios hasta que apuntó a los civiles (autobuses y sucursales bancarias), sería Alckmin, que pondría así de manifiesto su incapacidad como gestor. Pero esto lo dice, con otras palabras, el PT, que tampoco puede abrir mucho la boca porque fueron ellos, instalados en el gobierno del país, quienes redujeron un diez por ciento las inversiones en seguridad pública.

En Río de Janeiro, los cariocas están acostumbrados a acciones de los narcos y del Comando Vermelho, pero en São Paulo nunca se había visto nada semejante. Noites de Bagdá, rezaba un editorial de la Folha.