[1] Respuesta a un comentario aparecido en el foro de Requesound. Caro Córduba:

Todo es una cuestión de perspectiva. Galicia no importa un carajo de la misma manera que, sin ir más lejos, España no pinta nada: si vas a la prensa internacional, de Reino Unido a Italia, la presencia de nuestro país es nula, exceptuando algún atentado o resultado electoral (Zapatero Presidente). Si nos vamos a otros continentes, España no existe, excepto en Iberoamérica (Clarín, al igual que algún otro periódico argentino, resaltaba el resultado de las elecciones gallegas en portada, aunque ello sea porque Buenos Aires es la quinta provincia: gallega, en Argentina, se sobreentiende).

En fin, que basta salir de casa para darnos cuenta de que no somos nadie. Ya no Galicia, Andalucía o Extremadura, sino España en su conjunto. Contamos, en definitiva, muy muy poquito, a pesar de algunos alardes presidenciales de titiritero (Azores) o de acontecimientos puntuales (Barcelona 92).

Si a nivel europeo, estábamos, junto con Grecia y Portugal (Irlanda, pisando el acelerador), en el vagón de cola de la Unión de los Quince, imagínate a nivel mundial.

Pero bueno, si vemos todo esto desde otra perspectiva, por ejemplo, la española, que no la madrileña (centralista), la andaluza (sureña y otrapuntera) o la gallega (localista), podríamos decir que las elecciones gallegas son importantes por tres razones:

Cuestión de higiene o Razón primera: si Fraga se apea del sillón de mando, será el último resquicio de un régimen fascista que gobierna algo, sea una región del Finisterre ibérico o un lander alemán. Es, a día de hoy (lógico, porque los nazis y fascistas están ya criando malvas, aunque en Alemania ni de coña gobernaría un nazi: para ellos, todo está muy cerca; para nosotros o, mejor dicho, para los gallegos, todo es continuidad), el único gobernante que proviene de un régimen fascista. En Galicia no ha habido Transición y, aunque parezca mentira, se produciría treinta años después...

Razón segunda: aunque la anterior bien podría no importarle a un murciano o a un marciano, la segunda tiene más que ver con la política española que con la gallega. A saber: Mariano Rajoy, el político que sustituyó como candidato a las elecciones generales al anterior líder del PP y ex Presidente del Gobierno, José María Aznar, perdería su enésima intentona de ganar algo. Como antes, lo que sea: elecciones nacionales (se estrenó en las urnas con una derrota, siendo él candidato), europeas, vascas y, ahora, gallegas. Es decir, este hombre lo ha perdido todo, sigue donde está y, cuando podía enderezar la estadística, pierde en su propio terreno (su empeño en la campaña fue público y manifiesto, lo que magnifica la derrota), cediendo un sillón recalentado por O Vello, es decir, el viejo Fraga. Mejor no pensar qué hubiese sucedido si fuesen un poco humanos, dejasen descansar a Don Manuel y presentasen un candidato ya no imberbe pero al menos algo menos talludito (y oscilante). La tercera razón me la ahorro, pero vendría a decirnos que el Efecto Zapatero no remite.

En fin.

Abrazos a usted, a su señora y demás familia,

Matías Bruñulf

[2] FELICITACION. MI FELICITACION A UD. POR ESTE COMENTARIO, QUE MAS QUE COMENTARIO ES UN ARTÍCULO QUE MERECERIA PORTADA DE PRENSA.

[3] Por una jubilación digna. Desde un pais poblado de jubilados (mano de obra de guardería casera) y prejubilados cada vez mas jovenes (p.e. mi padre a los 51)...

Si algo tiene un gallego es: PACIENCIA, pero ...

y si Fraga es un ser inmortal?

y si hay reencarnacion?

estarán dispuestos a repetir la leyenda del cid campeador?

[4] V.