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ON THE ROAD (A.K.A. CHINITOS, AHÍ OS QUEDÁIS). El tratamiento de choque ante una ingesta masiva de chinitos pasa por coger el coche y esconderse en cualquier pliegue del mapa de carreteras británico. Como, por no tener, no tengo ni carné de conducir, el remedio curativo me lo proporcionó mi asistente social y amigo Matthew, que tuvo a bien conducirme a un punto lejano de la costa este inglesa.

Una vez en su coche, ejerciendo de copiloto imposible (¡Matthew, arráncalo, por Dios!) y acompañado, en la parte de atrás, por Oliver, el cantante de The Koreans, partimos hacia nuestro dorado marítimo, Southend-on-Sea, allí donde termina el sur y comienza el mar. ¿A qué suena bien?

(Antes de nada, querría manifestar mi estima a los correctores automáticos, esos pitonisos de la palabra, que escriben “bar”
–qué rappelianos– cuando quiero decir “mar”. El tiempo, y las circunstancias, le terminarían dando la razón).

Una ciudad que no te ofrece ni una plaza de aparcamiento gratuita merece una mínima sospecha, pero no íbamos a permitir que la tranquilidad del viaje –con banda sonora de Boards of Canada y Hymie’s Basement– se convirtiese en un vado de hostilidad apto para aparcar nuestra reticencia hacia las autoridades locales.

Para mí, las ciudades inglesas, británicas y hasta las irlandesas son como los chinos. A priori, parecen todas iguales pero, como ellos, sus facciones siempre deparan alguna sorpresa. Southend-on-Sea, que prometía un skyline de castillos de arena y melenas al viento, fue para mí, para nosotros, como el Huevo Kinder de un diplodocus.

No pasaría nada si la realidad superase mi imaginación, tal y como sucedió cuando advertí que la sempiterna calle peatonal que rendía culto al consumismo conducía a una línea de ¿playa? sembrada de Amusements (en mi pueblo, aka salas de máquinas), parques temáticos (e.m.p., aka barracas), minicampos de minigolf (e.m.p., aka Golpe Pitch & Putt), fish and chips (e.m.p, aka pulpo á feira) y public houses (e.m.p, aka tabernas). Let’s go (en mi pueblo, aka vamos), a shit (e.m.p, aka rima).

Pero lo que nos dejó embaladamente estupefactos fue…

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Publicado el lunes, 10 de enero de 2005, a las 13 horas y 57 minutos


[1] Atnn Sr. Bruñulf. Estimado Sr. Bruñulf,

Hoy estoy hasta la polla, pero lo llevo bien. Escribo tres o cuatro soplapolladas y me desahogo. Busco alguna que otra pastilla interior, la confecciono y me la trago. Rápidamente noto sus efectos tranquilizantes y hasta, en ocasiones, de euforia. Sin embargo, el efecto se pasa bien rápido.
Es insoportable el ser humano. Ser consciente de esta broma ligera que es la vida.
La veo desde mi aposento y me hace sana gracia, la jodida.
La vida es una desventaja en la que la miseria de existir se convierte en una lucha sin cuartel.
Quiero hacer muchas cosas, sentirme pleno, ser feliz.
¡Tamaña majadería! No hay tiempo. No hay apoyos.
Desde el lado en el que estoy en mi aposento lo veo todo, sí, bastante gris.
Y a veces tengo el convencimiento de que es mejor moverme y situarme en otro lado, para así ver el papel que desempeño en la existencia con otro prisma.
Otro prisma en el que soy un ser humano realizado y todo.
Pero al final es sólo eso; un mero convencimiento que no pasa del pensamiento y nunca a la acción. El convencimiento es un analgésico que me sirve para pasar por la rueda de los días con la cabeza un poquitín más alta.
Pero, insisto, no hay acción. Quedito me mantengo mientras me lamento ante mi infortunio de mierda.
La realidad es un vómito porque así la percibo desde mi esquina aguardentosa.
¡Si al menos fuera capaz de dar un pasito hacia delante!
Si lo diese cambiaría el cariz de la realidad.
Desde este prisma la consciencia de mi mismo se me emborrona con bastante frecuencia.
Me posee una inconsciencia insana. Mi consciencia es poseída, con demasiada frecuencia, por estímulos, mensajes, inputs que poco tienen que ver con lo que yo quisiera constituir como mi realidad. Realidad ésta, por otro lado, que todavía ignoro.
Mi mente, adalid de mi realidad, se retuerce y contonea cuando la realidad circundante pretende imponerle sus normas.
Mi mente o debería decir mi alma o esencia Brigadística quizá.
Mi esencia es la guardiana de mi inconsciencia.
Entendiendo por inconsciencia la facultad que ella me otorga de desvincularme, desapegarme de todos aquellos estímulos, mensajes e inputs provenientes de un estilo de vida calamitoso.
Calamitoso porque en ese estilo de vida la mente va por detrás de lo que se percibe como realidad, cuando la mente debe ir por delante.
Cierro los ojos y me veo, ahora, situado en la esquina.
Esta esquina me tiene frito ya, hasta los cojones, harto, rayado, colérico, hastiado.
Primero me convenzo de que lo mejor sería dar un paso para así cambiar la perspectiva con la que dirijo mi vida.
Mi primer paso es quererme a mí mismo. No sé porqué, pero tengo la impresión de que eso va a desembocar en una consciencia de mí mismo más desarrollada, consciencia que me permita desapegarme de todo aquello que no me permite quererme.
Este es un gran paso. He dado un paso minúsculo, seguramente muy básico, pero ya noto los efectos beneficiosos.
Me he desembarazado de los límites internos, que ahora se convierten en viejos amigos, tales como la depresión, la aprensión, la preocupación y otros muchos más.
Estos, antes de dar el paso, eran el motivo de mi inconsciencia.
Yo era esos pensamientos de tal manera que daba vueltas y vueltas en círculo, sin encontrar nunca más que angustia y desolación, lo que me provocaba una sensación de nebulosa mental muy similar a la inconsciencia. Claro está que esa versión de inconsciencia suponía cierto grado de chute analgésico.
Ahora que he dado el paso de quererme a mí mismo sé que los pensamientos no son yo en absoluto. La consciencia de mí mismo me ha desvinculado de ellos.
Tanto los pensamientos positivos como los negativos poco tienen que ver conmigo.
Yo estoy aparte. Protegido y en mi almena por así decirlo.
La consciencia de mi mismo me permite alcanzar una inconsciencia más ventajosa porque ya no depende del exterior, sino de la certeza de que me quiero.
Me proyecto en el amor a mí mismo y me aparto de la influencia del exterior.
Dejo así que opere lo que realmente quiero para mi, permito que mi vida y realidad mental se desplieguen hacia el exterior.
Desde luego debo proteger mi esencia más delicada porque es precisamente la más poderosa.
Mi esencia más delicada es aquello que considero ideal en pensamiento y acción.
De su realización depende mi cordura.
Gracias al amor a mí mismo y a la consecuente consciencia de mí mismo, soy capaz de liberar a esa esencia delicada del yugo del exterior.
Viva la práctica y muera la teoría.

Un abrazo,
Brigado Perón
Comentado por Brigado Perón | 10/1/2005 14:26
[2] De la teoría y la práctica. trató mucho "Lecciones espirituales para los jóvenes samuráis" Yuko Mishima. Pero no sé si recomendar el libro tan alegremente, por un lado es un poco fascista, por otro, Mishima se hizo el harakiri. La edición es una pasada, yo me dejé el libro en un taxi de Madrid junto a una botella de vodka ruso.
Comentado por Beatriz Viterbo | 10/1/2005 15:06
[3] ¿Qué esperabas?. Vista una ciudad inglesa costera, vista todas: has descrito Margate, lugar donde pasé un Agosto con 16 añitos y cara de pánfila. Hasta entonces, yo creía que donde había playa había sol y olas grandes (pecado de haberse criado a caballo entre Cádiz y Badajoz), pero allí descubrí que el mar puede devolver cosas desagradables, la gente ir con jersey en pleno agosto por la orilla del mar, y que era más divertido hacerse una foto en un "amusement" que tumbarse en la arena y soñar. Ala, Matías, regresa to the spanish sun.
Comentado por Roskat | 10/1/2005 15:17 | ¿Tengo una?
[4] Atnn Beatriz Viterbo. Muchas gracias por la recomendación del libro. No lo conozco, pero una vez me encontré una botella de vodka ruso en un taxi.
Brigado Perón.
Comentado por Brigado | 10/1/2005 15:19
[5] Sonría: la China es bella. Veo que Beatriz Viterbo se me ha adelantado con su hojarasca invernal (gracias) pero intuyo que la recomendación pasa por el filo, a mi pesar, lo que me produce un escalofrío bastante cortante. Huya de esas páginas, Brigado, y póngase a salvo.

Usted, dice, lo que necesita es amor, pero si yo fuese usted no dejaría de amarme a mí mismo, o sea, a usted: pondría velitas a Onán todas las noches y no permitiría ni que la almohada me abrazase, porque tres, ya sabe, es multitud.

Motivos para quererse, le sobran.

Pensaba esta sobremesa, después de salir a la verde azotea aérea de Camden Town, en usted: véngase a Londres y dese unos pasitos de ésos con Lin.

Quizás se olvide de cómo se hablaba, pero siempre le quedarán los agujeritos que mi ecobarbie favorita deja a su paso con sus taconcillos de colibrí para desandar el camino.

Alégrese, Brigado: la China es bella.

Un abrazo prozaico.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 15:27
[6] Son un pasmón. A pesar de las presiones, yo, como tú, me mantengo (sin el más mínimo desfallecimiento) inédito en conducciones. La ¿gente? se sorprende (la gente sois muy raros) y te creen un bicho (lo de distinto es redundancia) y, como perdonándote la vida, te sonríen condescendiente e interrogativmente que cómo se puede hollar el mundo de peatón full time, justo antes de quejarse de los precios del carburante, seguro y mantenimiento del coche (carísimo); y luego vuelven a la carga (para tranquliciar su conciencia de esclavos) con argumentos tan peregrinos como que la posesión de un automóvil es imprescindible para estar (son sólo ejemplos) a las 23.45 en As Labradas un 17 de febrero o en el Juan Canalejo (si me da un patatús, cariño, de esos que imposibilitan para conducir) o en el trabajo a las 8.17 (por más que yo no quiera caerme por las Labradas en aquella fecha y hora, y aún pueda permitirme una carrera a A Coruña en taxi, si no hay bus, sin olvidar que mi trabajo, probablemente el único ya que vaya a tener, esté a 300 metros de mi casa). Ya lo dijo Celso Emilio:

"Son un pasmón
peatón
con opinión,
decindo a verdade núa
pola rúa.
Nunca fun usuario
de automóbil suntuario
nin tampouco utilitario.
Camiño a pé
e por iso é polo que
vexo o mundo tal cal é".
Comentado por Maqroll | 10/1/2005 15:31
[7] BURRUaga. Para ser subnormal hasta las pezuñas, se me olvidó sentenciar que así son las cosas, y así se las he contado.
Comentado por Maqroll | 10/1/2005 15:34
[8] Mañana más. Roskat, comparto su visión litoral de la vida en la Gran Bretaña, pero espere a mañana, pues esta tarde tengo cena comunitaria y socialista (los chinos cenan muy temprano, pero Xu, el landlord, se permite -y me invita, el buen samaritano- unas cervezas tostadas de acompañamiento que amenizan la velada y ponen su granito de arroz en pos de la confraternización hispano-china).

Se lo digo porque On the Road es sólo la primera parte de lo que se nos vino encima. Lo único que le puedo decir es que aquí estamos, supervivientes, para contarlo.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 15:54
[9] Atnn Brigado. ¡A tu salud!
Comentado por Beatriz Viterbo | 10/1/2005 15:54
[10] cuello. he desayunado 3 veces y subió la cafeina, dentro de poco va a bajar el sol, la tierra dando vueltas y yo con ella. Porque soy así y así es mi vida, me voy mañana por la mañana. está es una petición de cita electrónica, experiencia nueva para vi, y si no fueses el gallego que un día no se subió en un avión, por locura y amor al presente, carepdiem, no me atrevería a ser tan valiente, y perdirle que me abrá esta noche sus brazos y me ofrezca su cuello.
Comentado por I.H. | 10/1/2005 16:00
[11] Atnn Sr. Bruñulf. I may go to Liverpool in march and then, later, during the summer, with my girlfriend. It would be great to see you then, if possible!
Take care, my friend, as I take care of myself.
Brigado.
Comentado por Brigado | 10/1/2005 16:00
[12] Okey, mackey. Perfect, Brigado, let's see then. Drop me firstly a few notes and we can meet in London.

Looking forward to seeing you.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 16:05
[13] Cafeinómana. A las diez y media, en The Lock Tavern, frente a los Stables. No llegues tarde porque cierra a las once.

Dile al afilador que sea comedido con tus dientes.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 16:11
[14] Éramos pocos y parió Macroll. Lo que faltaba: el camarada Brigado Perón y Maqroll (deberían conocerse, se lo aseguro), juntos en la primera línea de batalla.

Reserven una trinchera insonorizada y sueñen, que la contienda será larga.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 16:14
[15] Atnn Beatriz Viterbo. Quiero recomendarte el siguiente libro como respuesta a tu recomendación, si no lo conoces ya: Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Robert Pirsig. Más fácil encontrarlo en inglés, Zen and the art of motorcycle maintenance. Te lo recomiendo alegremente.
A tu salud.
Brigado.
Comentado por Brigado | 10/1/2005 16:40
[16] Atnn Beatriz Viterbo. Quiero recomendarte el siguiente libro como respuesta a tu recomendación, si no lo conoces ya: Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta. Robert Pirsig. Más fácil encontrarlo en inglés, Zen and the art of motorcycle maintenance. Te lo recomiendo alegremente.
A tu salud.
Brigado.
Comentado por Brigado | 10/1/2005 16:57
[17] Upss. Upss!
Comentado por Brigado | 10/1/2005 16:58
[18] Atnn Brigado. Lo tendré en cuenta, el título me recuerda a las revistas que pululan por mi casa: "Rugged", la única revista del mundo sobre skate board y "Freedom" de bycicle motorcross. Quien diría que vivo con tíos de 33 años...
Intentaré hacerme con él, y en serio que "Lecciones..." tiene un par de apuntes interesantes sobre la teoría y la práctica, sólo hay que quitar un poco la paja machista y fascistoide. Upss! y se llama Yukio, en lugar de Yuko.
Comentado por Beatriz Viterbo | 10/1/2005 17:35
[19] El discreto encanto de la chinesuá. Gallego y Chino, todo puede pasar. Recuerdo tan bien el día de mi primer triciclo como el de su primera declaración, la tarde en que Maradona subió al cielo o la luna de Metropolitano, el metro. Las correosas noches y los días que no existieron; la pulcritud de la lejía o el retrato de su intimidad. Áhora los chinos, luego los pakis y quien sabe si los rusos, que también tienen derecho a comer bien... Amigo chinoflatero, ellos suenan a metal pero quizá aprecien el terciopelo. Por eso seguré tus andanzas...

p.d: amigo Brigado, nostálgico por naturaleza y caótico por definición... Lugares comunes, por fin
Comentado por Neoman | 10/1/2005 21:42
[20] ¡Qué inmensa alegría!. ¡Qué inmensa alegría! ¡Qué inmensa alegría! ¡Qué inmensa alegría! ¡Qué inmensa alegría! ¡Qué inmensa alegría! ¿He dicho ya que supone una inmensa alegría? Sí que es increíble, después de tantos años, eh? Esos años que pasamos junto con el Sr. Bruñulf. Esos años de los que recuerdo bien poco, por cierto. Pero qué vidilla me da pensar que nos encontramos aquí. Un pájaro gallego conoció a una oruga andaluza y completaron el trío calavera con un lerendi. ¡Toma ya! También una bañera con barba se paseaba por las mañanas. ¡Hasta un serio profesional!
Genial, simplemente, genial.
Un enorme abrazo Neoman
Comentado por Brigado | 10/1/2005 22:41
[21] Neobrigado meet(s) Bruñulf. Disculpen porque mis comisuras arqueen estas risas. Si no lloro es porque mi corazón tiene colgado el no hay billetes.

Bienhallados.
Comentado por Matías Bruñulf | 10/1/2005 23:43
[22] my comentario. esto es una puta mierda
Comentado por didon | 27/10/2008 15:32 | tito






Ilustración de Toño Benavides
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