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LA PARADOJA DE LA ARAÑA. Cuando Sam Raimi decidió ponerse detrás de la cámara para relatar las aventuras del hombre araña más famoso del tebeo, sabía que estaba aceptando un trabajo para toda la vida. Spiderman 3, acaso menos novedosa que sus predecesoras, confirma que Raimi no ha perdido ni el norte ni la capacidad para mantener al espectador pegado a la butaca durante más de dos horas. Y nada mejor para conjurar los peligros del manierismo que multiplicar los villanos, aumentar la ambigüedad moral de los personajes y permitirle a Tobey Maguire un recital interpretativo con un par de gags memorables. El hamletiano Spiderman descubre aquí que no basta con plantearse la conciencia del superhéroe (Spiderman) ni aceptar la propia identidad (Spiderman 2), sino que hay que saber sobreponerse al mismo triunfo. Y, mientras el héroe debate con sus incertidumbres, un servidor se encuentra atrapado en una telaraña de celuloide.
Publicado el lunes, 21 de mayo de 2007, a las 21 horas y 00 minutos
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