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LOS EXTREMOS SE TOCAN. Three extremes, rescatada en una de las sesiones vespertinas de la filmoteca local, demuestra lo que algunos ya sabíamos: que, puestos a ser bestias, al cine asiático no hay quien le dispute el liderazgo. Las tres historias que conforman la cinta —en realidad, tres mediometrajes engarzados bajo el pretexto de una cierta unidad tonal— son otras tantas muestras del sentido estético y del talento desigual de sus artífices. La primera, Dumplings, del aquí desconocido Fruit Chan, es la más narrativa y la menos decorativa de todas. Se trata de un relato entre macabro y meramente sórdido sobre los placeres de la cosmética y el terror ante el envejecimiento, rodado con buen pulso y altas dosis de imaginación. Con mayor trasfondo social que las otras piezas del puzzle, pierde buena parte de su interés en el trecho final por culpa de su pretendida ambigüedad moral y de sus excesivas concesiones al gore más enfermizo. Cut, de Park Chan-wook, le dejó a este cronista la misma sensación que la celebrada Old Boy, la de asistir a un posmoderno timo de la estampita a costa del psicópata de turno, los subrayados grotescos y los juegos referenciales compartidos por el espectador. Para ese viaje, ya teníamos a Wes Craven o a David Fincher. Lo mejor estaba reservado para los postres. Box, del demencial Takashi Miike, es un auténtico trabajo de orfebrería confeccionado con los mimbres más trillados del cine de terror. Apariciones fantasmales, crímenes truculentos y estampas oníricas adquieren una rara intensidad en manos de un realizador que lo mismo se carga una película en la última secuencia que resulta capaz de enmendarle la plana a David Lynch, como sucede aquí. Miike no ha inventado el cine surrealista, pero sí algo que se le parece mucho. En suma, un interesante relato fallido, una tontería con ínfulas y una pequeña obra maestra en un plato sólo apto para paladares capaces de contemplar un pormenorizado descuartizamiento mientras degluten su ración de palomitas. Avisados quedan.
Publicado el lunes, 4 de diciembre de 2006, a las 14 horas y 14 minutos
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TIEMPO DE CANDIDATURAS. Recibo hoy tarjeta navideña de Mario Altares: “Con los primeros fríos, al cine le da por ponerse al rojo vivo. El anuncio de las candidaturas a los Globos de Oro y de los Goya anima a los cazarrecompensas que ponen a prueba su olfato cinéfilo con cábalas entre probables y esotéricas. Y ni tú ni yo sabemos evitar nuestra afición a las quinielas. En los dichosos Globos, las nominaciones dan como favoritas a la aquí todavía inédita Babel, del muy desgarrado (demasiado para mi gusto) González Iñárritu; a los Infiltrados de Scorsese (aquí discrepo de tu crítica, la película me parece un Casino para minimalistas), y a La reina madre de Frears. Tampoco cabe olvidar al viejo Estwood, que, aunque no ha conseguido colocar ninguna de sus perspectivas sobre la II Guerra Mundial entre las películas nominadas, sí lo está por partida doble como director. Hagamos nuestras apuestas, y Dios o el Tío Sam dirán. En cuanto a los Goya, me barruntaba yo que habría pocas sorpresas. Volver ya huele a oscar, la superproducción alatristesca de Díaz Yanes tiene toda la pinta de acaparar las categorías técnicas y Salvador desempeña el modesto papel de Serrín con hongos (¿recuerdas aquel episodio de Agárralo como puedas?). Y, en cuanto a El laberinto del fauno, a ver si me aclaras de qué nacionalidad es, porque compite por México para los oscars y ahora la nacionalizan para los Goya. Seguro que acaban descalificándola. En fin, felices fiestas y próspero año nuevo. PD. Saluda a tus lectores de mi parte”.
Publicado el jueves, 21 de diciembre de 2006, a las 21 horas y 59 minutos
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ECUACIONES CINEMATOGRÁFICAS (DE SEGUNDO GRADO). Domicilio conyugal+El abrazo partido. Resultado: Derecho de familia, de Daniel Burman, tiene los ingredientes (ironía, encanto truffautiano, personajes que despiertan la empatía del espectador) para ser un melodrama familiar redondo. Pero a la receta le fallan las proporciones, y uno se descubre paladeando el vacío. Para quienes busquen a un Woody Allen sin cafeína.
El diario de Bridget Jones+Love actually. Resultado: a las Vacaciones de Nancy Meyers les sobra edulcorante y les falta la pizca de mala uva que empleó David Lodge en su novela Intercambios. Para paseantes navideños y cinéfilos sentimentales, muy sentimentales.
(Y una revisión) Ciudad de dios+Tres solteros y un biberón. Resultado: Tsotsi, del sudafricano Gavin Hood, obtuvo el oscar a la mejor película extranjera en su última convocatoria. Como a veces sucede, Hollywood premia a una cinta que tropieza meticulosamente en todos los escollos hollywoodienses. Para fanáticos de la autoayuda y superación.
Publicado el miércoles, 27 de diciembre de 2006, a las 13 horas y 44 minutos
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