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LA CARRERA HACIA LAS PALMAS (DE ORO). Hoy se clausura, con la entrega de premios, la última edición del festival de Cannes. Este certamen francés significa para todo cinéfilo que se precie lo mismo que los oscars para el común de los mortales: es decir, una ocasión privilegiada para tomar el pulso del estado del cine actual y, de paso, un motivo para ponerle al cronista los dientes largos ante la ingente cantidad de buenas películas que nunca llegarán a nuestras carteleras. Pero no nos pongamos estupendos ni melodramáticos. A la vista de las candidatas para alzarse hoy con la Palma de Oro, el principal galardón del festival, hay sobradas razones para el optimismo. Por ello, contamos de nuevo con nuestra habitual invitada de honor, la tía Colata, para hacer un breve vaticinio sobre las que, en opinión de los críticos acreditados —que es raza en vías de extinción—, han sido las mejores películas de este festival. Aunque, siendo el presidente del jurado Emir Kusturica, cualquiera sabe si saldrá el sol por Antequera o por los cerros de Úbeda. Ahí va, pues, nuestro Top Ten:

Caché (Oculto), de Michael Haneke (Austria). De lo que trata: Un familia lleva a cabo sus quehaceres cotidianos sin saber que alguien está grabando todo lo que sucede dentro de su casa. Lo que promete: Una disección fría, distanciada y brechtiana de los hábitos de los nuevos burgueses por parte del director de La pianista y de Funny Games, que parece tener varios puntos en contacto con esta última. Oculto ha obtenido el premio de la crítica internacional, que se falla un día antes que el resto de galardones.

Last Days, de Gus Van Sant (Estados Unidos). De lo que trata: Los últimos días de una estrella de la música grunge antes de suicidarse, a mediados de los años noventa. ¿Les suena de algo? Pues sí, una suerte de biografía apócrifa de Kurt Cobain. Lo que promete: Van Sant aplica la lente abstracta que empleó en Elephant, que ganó aquí hace un par de años, para retratar otra historia sobre el desmoronamiento del sueño americano. Planos secuencias muy muy largos, interpretación desdramatizada y cierta monotonía naturalista en una película que ha dividido a la crítica.

Batalla en el cielo, de Carlos Reygadas (México). De lo que trata: Análisis de la vida cotidiana de una pareja de tipos pobres, feos y tristes en las afueras del México actual. Lo que promete: Reygadas deslumbró en Cannes hace dos años con la hiperrealista Japón. Ahora regresa con un filme sórdido y violento, aunque barnizado con pinceladas de humor negro, que probablemente recuerde a películas como Profundo carmesí, de su compatriota Arturo Ripstein.

Una historia de violencia, de David Cronenberg (Canadá). De lo que trata: Adaptación de un «cómic» de culto sobre un padre de familia debe enfrentarse a un turbio pasado a través de un peculiar «descenso a los infiernos». Lo que promete: Atmósferas malsanas, paisajes oscuros y cierta morbosidad «made in Cronenberg». Con todo, se trata de una de las películas más accesibles del realizador de Crash, interpretada por Viggo Mortensen (uno de los candidatos al premio a mejor actor) y con reminiscencias de Perros de paja, el filme de Sam Peckimpah que conmocionó a la sociedad estadounidense a principios de los años setenta.

Manderley, de Lars Von Trier (Dinamarca). De lo que trata: La infatigable redentora de Dogville se enfrenta ahora al clima de racismo y esclavitud en una pequeña localidad americana de principios del siglo XX. Lo que promete: Continuación en toda regla de Dogville, que cuenta con el mismo planteamiento teatral y con una similar vocación de denuncia. Sin embargo, el abandono de Nicole Kidman al frente del reparto y la superación de la novedad estética inicial juegan en contra del nuevo relato de uno de los nombres más importantes del actual cine europeo.

Broken Flowers, de Jim Jarmusch (Estados Unidos). De lo que trata: La vida rutinaria de un hombre neoyorquino de mediana edad se ve alterada por el descubrimiento de una paternidad que ignoraba, lo que da pie a un singular desfile de sus antiguas amantes. Lo que promete: Bill Murray ríe. El particular sentido del humor de Jarmusch, tal vez el mejor director estadounidense en activo, con el permiso de Tarantino, los Coen y pocos más, al servicio de un reparto estelar y de una historia que le brinda una excelente oportunidad para desplegar toda su melancólica ironía.

El niño, de Luc y Jean Pierre Dardenne (Bélgica). De lo que trata: Una crítica al espinoso problema del comercio de niños. Lo que promete: Un asunto neorrealista abordado con un tratamiento estético tan cercano como elaborado. Tras Rosetta y El hijo, los Dardenne pueden demostrar de nuevo que el cine social no es incompatible con la intensidad sentimental ni con el juego de texturas fílmicas.

Don’t come knocking, de Wim Wenders (Alemania). De lo que trata: Un viejo actor de películas del oeste vuelve a su ciudad natal tras descubrir que es el padre de una criatura. Sí, la crítica también ha señalado la coincidencia con el punto de arranque de Broken Flowers. Lo que promete: Wenders regresa al lugar del crimen veinte años después de París, Texas, que le valió ya la Palma de Oro, con un elenco de actores muy semejante y con la intención de reverdecer los laureles de antaño. No obstante, los homenajes cinéfilos, los artificios metaficcionales y los largos planos de paisajes desérticos parecen haber perdido el encanto del lejano París, Texas, aunque, como cantaba Gardel, «veinte años no es nada».

Tres tiempos, de Hou Hsiao-Hsien (Taiwán). De lo que trata: Tres elegantes historias amorosas ambientadas en tres lugares diferentes y en tres épocas distintas: 1911, 1966 y 2005. Lo que promete: Es la única apuesta asiática con posibilidades en un festival que siempre ha promovido el cine oriental. El cuidado de Hsiao-Hsien por los encuadres es proverbial, como ha puesto de relieve en El maestro de marionetas o Millenium Mambo. Sin embargo, su obra requiere a un espectador paciente que sepa capturar la belleza fugitiva de sus imágenes.

Los tres entierros de Melquíades Estrada, de Tommy Lee Jones (Estados Unidos). De lo que trata: Una investigación policíaca sobre el asesinato de un mexicano sirve de pretexto para un viaje a los vestigios de la América profunda. Lo que promete: Un curioso western en la frontera entre México y Estados Unidos que recupera el sabor del viejo cine de género, al que ya se acercó John Sayles en Lone Star. Es la opera prima del buen actor Tommy Lee Jones.

PD: Adelanto que este cronista ya ha visto la última entrega de Star Wars. La respuesta, el lunes. Que la fuerza acompañe a nuestros lectores.

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Publicado el sábado, 21 de mayo de 2005, a las 12 horas y 44 minutos


[1] gus. no pero en serio... te gustó elephant? a alguien le gustó de verdad elephant como para volver a verla?
Comentado por mcm9sd | 25/5/2005 16:14
[2] sdr. winning the favor of uk replica watches countless women.
Comentado por dg | 13/4/2018 03:49 | http://www.swisswatchjust.co.uk






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