www.bestiario.com/eddivansi

ESPACIOS Y GENTES.. No tengo excusa, ni perdón, ni por qué dar explicaciones de mis actos pero, objetivamente, no sólo soy uno de los escritores más desconocidos del panorama literario mundial, sino que de calle soy el escritor menos formal que ha existido nunca.

Sólo soy disciplinado con la indisciplina, y lo único que he conseguido hacer todos los días ha sido beber sin descanso.

En lo demás, nunca tengo la constancia necesaria para conseguir nada, y el tiempo y las oportunidades se me escurren entre la espiral de quehaceres monótonos que componen mi vida.

En todo este tiempo no ha habido grandes cambios, sólo modificaciones de espacios y gentes. Cada uno ha llegado a su sitio y encontrado su vacío, y hemos brindado por ello.

Mi bar es ya mi casa, el refugio que ve pasar mis noches y mis días desde que Marta me puso de patitas en la calle.

Marta y sus neuras, sí. Marta y su renacer de gata en celo hasta los cojones de Eddi Vansi. Marta y su decisión irrevocable de mandarme un poco más lejos del cuerno.

Y joder si la añoro ahora que no tengo sus besos que ya eran los besos de otro. Ni su jodido mantra de “Eddi Vansi, eres un vago redomado”.

Pues no.

Ya no tengo tampoco eso.

Ni tampoco casa fija, ni una vida estable y anodina como la que he llevado todos estos años.

¿La echo de menos?

Sí coño. No soy el jodido diablo, creo.

María me dio asilo político las primeras semanas, empeñada en enamorarse más aún de mí, como si fuéramos quinceañeros. Y no estoy para eso. Y joder si joderla es un placer de dioses, pero también es la bajada al mismo infierno emocional.

Nada…

Susana también me ofreció posada y fonda, pero bastante cansado es aguantarla a diario como para también convivir con sus manías pasada la jornada laboral.

En situaciones como éstas es cuando empiezas a contar quiénes son los verdaderos camaradas, y ves que te sobran dos dedos de cinco. Y uno casi te lo cortas con los nervios.

Pero los que quedan, son cojonudos, y los quiero.

Y ya sé que mi vida no es excusa para no haber seguido escribiendo, pero mis historias eran tan tristes como un serial venezolano. Y nadie merece mis miserias, que son mías y ganadas a pulso; ni tienen por qué aguantar a un borracho llorón y nostálgico que de pronto pone un disco de Moustaki y amenaza con prenderle fuego a los libros de Cortazar.

No…

Este rincón se merece a un cabrón entero, no las sobras de un hijodeputa casi alcohólico en sus ratos libres.

Publicado el martes, 2 de septiembre de 2008, a las 21 horas y 14 minutos

Ilustración de Toño Benavides
L M X J V S D
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30
  
  





Bitácoras de Bestiario.com:
Afectos Sonoros | Cómo vivir sin caviar | Diario de una tigresa
El mantenido | El ojo en la nuca | Fracasar no es fácil
La cuarta fotocopia | La guindilla | La trinchera cósmica
Letras enredadas | Luces de Babilonia| Mi vida como un chino



© Bestiario.com 2004
bestiario@bestiario.com

Un proyecto de TresTristesTigres